En nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
Señor Presidente de la Cámara de Consejeros,
Señora Presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos,
Distinguidos invitados de Marruecos,
Señoras y señores,
Después de dos días de debates en torno al tema de la justicia transicional, sus contextos, sus modelos, sus objetivos y su papel en los procesos de transiciones democráticas, hoy clausuramos los trabajos de este simposio internacional, teniendo el honor de haber sido rodeado de la Alta Solicitud de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios Le Asista, quien ha velado por dirigir a este evento un Alto Mensaje cargado de profundidad, orientado hacia el futuro y rebosante de orgullo por las reconciliaciones logradas por nuestro país bajo Su sabia conducción.
Además de la Alta Solicitud Real, lo que refuerza el valor de este simposio es haber reunido a actores que estuvieron en el centro de la labor de la Instancia Equidad y Reconciliación como una práctica marcada por una especificidad marroquí, así como a organismos internacionales y marroquíes de derechos humanos, legisladores, es decir, parlamentarios, el Poder Ejecutivo y la sociedad civil nacional que opera en el ámbito de los derechos humanos en su sentido más amplio.
En el mundo actual, marcado por el auge de discursos de intolerancia, repliegue sobre uno mismo, tensiones y, a veces, egoísmos nacionales, estos encuentros son más necesarios que nunca, especialmente cuando se trata de cuestiones que tocan la esencia de la humanidad y la conciencia, es decir, los derechos en sus diferentes significados y generaciones. Son cuestiones que unen a quienes creen en la convivencia y la diferencia.
Hemos tenido el placer de acoger a élites de diferentes continentes, regiones de Marruecos y organismos internacionales. Asimismo, nos ha alegrado recibir aquí a destacadas figuras africanas en los ámbitos de los derechos humanos, el pensamiento y la literatura, entre ellas un gran escritor africano, ganador del Premio Nobel, Wole Soyinka, una de las figuras emblemáticas de la cultura africana.
Me disculpo si he mencionado especialmente a África, no solo porque estamos en una auténtica tierra africana, sino también porque conocemos su sufrimiento en el pasado debido al colonialismo y la injusticia. Hoy en día, África sigue soportando las consecuencias de un orden mundial injusto y desigual, en el que los africanos pagan el precio del legado colonial, los desequilibrios climáticos y las injusticias relacionadas con la gobernanza mundial.
Señoras y señores,
En tanto que presidente de una institución legislativa y parlamentario durante varias legislaturas, vivo y observo, desde mi posición de responsable y practicante, las profundas dinámicas reformadoras legislativas que las recomendaciones de la Instancia Equidad y Reconciliación han inspirado en Marruecos. Asimismo, constato el impacto de las legislaciones adoptadas, teniendo en cuenta estas recomendaciones, principalmente en la implementación del derecho e inmunizando el presente y el futuro de nuestro país. Como afirmó Su Majestad el Rey, la creación de la Instancia fue "una decisión soberana y voluntaria".
No es solo la profundidad lo que caracteriza las reformas adoptadas por nuestro país, sino que entre sus características fundamentales están su extensión en ámbitos y cuestiones políticos, económicos, sociales y culturales, el coraje para leer el pasado y transformarlo en una historia viva que inspire unidad, la audacia para reformar sin dudarlo y la confianza en lo que logramos.
Este proceso culminó con la Constitución de 2011, de esencia liberadora, que garantiza los derechos en todas sus dimensiones y establece instituciones y disposiciones legales para protegerlos.
Marruecos logra lo que emprende sin rupturas bruscas, sino basándose en la acumulación y en un marco consensuado. Estas son algunas de las características del modelo institucional y democrático marroquí.
Señoras y señores,
Como subrayó Su Majestad el Rey, los logros de Marruecos en materia de justicia transicional constituyen uno de los hitos destacados de la historia política de nuestro país. Encarnan, una vez más, la sabiduría Real, así como la especificidad y singularidad marroquí, tanto a nivel histórico como institucional.
Los proyectos impulsados bajo la Alta Solicitud de Su Majestad en diversos campos reflejan esta Voluntad de dar a la democracia y los derechos humanos un significado económico, social y cultural, con dimensiones territoriales y sociales.
Lo que hemos logrado se ha convertido en un legado nacional y humano que las generaciones futuras deben preservar. Es una de las palancas esenciales que deben explotarse para fortalecer aún más el progreso, el posicionamiento y el futuro, para hacer frente a los desafíos que se nos presentan y para que nuestro país continúe cumpliendo su misión histórica, como siempre ha sido un país de paz, acogida y apertura.
Este legado, además de ser una fuente de orgullo, también debe servir como motor para afrontar los desafíos de Marruecos de hoy y el mundo actual, en un contexto marcado por profundas transformaciones y nuevos retos en diversos ámbitos.
Sin duda, nuestra responsabilidad actual como actores y élites es obrar con seriedad y diligencia para consolidar los logros en términos de derechos humanos e instituciones, así como para movilizar las energías para continuar la batalla de la gran yihad (para la edificación y el desarrollo).
Señoras y señores,
Dado el valor de las contribuciones compartidas durante estos dos días del simposio, sería pertinente integrarlas al patrimonio de las culturas de derechos humanos, tanto en Marruecos como a nivel mundial, registrándolas y publicándolas en una forma que permita su difusión lo más ampliamente a posible. Esto contribuiría a preservar la memoria y enriquecer el debate mundial sobre el ámbito de la justicia transicional y sus mecanismos.
Les agradezco sus contribuciones y su atención.