En nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
Señor Presidente de la Cámara de Consejeros,
Señoras y señores Ministra/os,
Señor Presidente del Consejo Económico, Social y Medioambiental,
Señora Presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos,
Señora Presidenta de la Alta Autoridad de la Comunicación Audiovisual,
Señoras y señores miembros de la Mesa y presidentes de los Grupos y del Agrupamiento Parlamentarios y de las Comisiones Permanentes,
Señoras y señores Diputada/os,
Señoras y señores representantes de Parlamentos hermanos y amigos,
Señoras y señores representantes de ONU Mujeres,
Señoras y señores representantes de las agencias especializadas de las Naciones Unidas,
Señoras y señores,
Tengo el honor de abrir, con todas y todos ustedes, el primer Foro Parlamentario sobre la Igualdad y la Paridad, organizado por la Cámara de Representantes, bajo el Alto Patrocinio de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios Le Asista, bajo el tema: «El Parlamento: una palanca esencial para promover la igualdad y la paridad».
En primer lugar, quisiera expresar mi profunda gratitud y mi sincero agradecimiento a Su Majestad, que Dios Le Glorifique, por haber concedido su Alto Patrocinio a este Foro, como expresión de la Alta Solicitud que Su Majestad concede a los derechos de la mujer y de la familia en general, así como a la equidad en todas sus dimensiones.
La igualdad, la equidad, la garantía de los derechos de la mujer y el refuerzo de su presencia en los puestos de decisión, tanto representativos como ejecutivos, han sido pilares fundamentales de los 25 años de reinado de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios Le Asista, quien ha velado y sigue velando por colocar la protección de los derechos de la mujer y la preservación de su dignidad en el centro de las reformas llevadas a cabo por el Reino durante este cuarto de siglo.
Señoras y señores,
Detallar todas las reformas acumuladas por Marruecos para el empoderamiento en materia de derechos de las mujeres durante este periodo llevaría mucho tiempo. Sin embargo, creo que es mi deber destacar algunas de las más significativas a modo de recordatorio. En este contexto, evoco la adopción en 2004 del Código de la Familia, siendo las Altas Directivas Reales decisivas para garantizar una legislación justa para las mujeres, los niños y la familia en su conjunto, así como la reforma del Código de la Nacionalidad, que ha permitido a las madres marroquíes transmitir su nacionalidad a sus hijos. Asimismo, me gustaría mencionar el recurso a la discriminación positiva para aumentar la representación de las mujeres en el parlamento y en las instituciones territoriales, la adhesión del Reino a varios convenios y mecanismos internacionales relacionados con los derechos de las mujeres, la adopción de la ley relativa a la lucha contra la violencia hacia las mujeres, la integración del empoderamiento económico y social de las mujeres en la legislación nacional y en las políticas públicas, y la adopción de un presupuesto sensible al género. Por último, destaco el apoyo a la economía social y solidaria y a sus mecanismos, sector en el que las mujeres desempeñan un papel clave en el desarrollo y los beneficios obtenidos, así como otras reformas reconocidas.
La constitucionalización de los derechos de la familia y de las mujeres en todas sus dimensiones, y explícitamente del principio de no discriminación, constituyó un paso reformador decisivo y significativo. Si las disposiciones de la Constitución del Reino son ricas en garantías de los derechos humanos, incluidos los de las mujeres, el hecho de que el primer artículo del Título relativo a los Derechos y Libertades Fundamentales esté dedicado a la afirmación de que «El hombre y la mujer gozan, en igual medida, de los derechos y libertades civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y medioambientales enunciados en la Constitución, así como en las convenciones y tratados internacionales debidamente ratificados por Marruecos», adquiere dimensiones nobles, un significado simbólico particular y constituye un mensaje que debemos tener presente para el presente y el futuro.
Lo que hace único al modelo marroquí de reforma, tanto en este ámbito como en otros, es que se basa en el consenso, la consulta y la participación, fundamentándose en la valorización y acumulación, garantizando así su eficiencia, sostenibilidad y riqueza. Estos elementos hacen que este modelo esté abierto a nuevos desarrollos y mejoras, en interacción y armonía con los instrumentos nacionales e internacionales.
En este contexto, recordamos el compromiso de Su Majestad con lanzar un diálogo nacional y consultas para la revisión del Código de la Familia, veinte años después de su adopción. Para ello, Su Majestad encomendó a una instancia compuesta por instituciones constitucionales y departamentos gubernamentales la supervisión de este diálogo, la organización de amplias consultas y la celebración de sesiones de escucha con los distintos componentes de la sociedad, con el fin de recoger sus propuestas. Este proceso culminó con el informe final elaborado por la instancia, que se presentó al Jefe de Gobierno a finales de marzo para su presentación a Su Majestad el Rey, Comendador de los Creyentes.
Señoras y señores,
Si hubiera que elegir un título para el modelo marroquí de reforma y desarrollo, sería necesariamente el de la constitucionalización e institucionalización de los derechos humanos, en cuyo centro figuran los derechos de la mujer, dotándoles de un contenido económico, social y cultural, además de su implementación institucional efectiva. Si hay una característica que debe acompañar este proceso de reforma, es la modernización y la contemporaneidad.
Como en todo Estado democrático digno de este nombre, el Parlamento marroquí desempeña un papel crucial en las reformas, en la evaluación de su impacto y en la apropiación de las mismas por la sociedad. A este respecto, cabe recordar, a modo de ejemplo, la evaluación de la ley 103/13 relativa a la lucha contra la violencia hacia las mujeres, llevada a cabo por la Cámara de Representantes durante el último año legislativo, entre otras iniciativas en los ámbitos de la legislación, el control y la diplomacia parlamentaria.
Consciente de la nobleza de la participación de las mujeres en materia de derechos, igualdad, paridad, equidad, empoderamiento y participación, la Cámara de Representantes ha velado por dedicar a la creación del Grupo de Trabajo Temático sobre la Igualdad y la Paridad una sección fija en su Reglamento.
Quisiera aprovechar esta ocasión para destacar la dinámica que caracteriza la labor de este Grupo, tanto en su composición actual como en el pasado. En efecto, sus propuestas y actividades contribuyen a enriquecer el debate institucional y público sobre los temas que le han sido encomendados, así como a reflexionar y formular propuestas encaminadas a reforzar la igualdad y la paridad.
Este foro se enmarca en esta perspectiva, concebido como un espacio de diálogo que reúne a diversas instituciones constitucionales, instancias de gobernanza y organizaciones de la sociedad civil defensoras de los derechos de las mujeres. El objetivo principal es explorar enfoques y temas que contribuyan a fortalecer la igualdad y la paridad, en cumplimiento de lo establecido en nuestra Constitución y los compromisos internacionales suscritos por nuestro país.
Señoras y señores,
Aspiramos a que este Foro y sus debates contribuyan a la concretización de ideas que puedan generar propuestas encaminadas a consolidar los logros alcanzados. Dado que se trata de una cuestión social que depende no solo de las leyes, sino también de la cultura y de las representaciones sociales, es esencial adoptar un enfoque basado en el consenso y la persuasión si queremos tener éxito en este camino. En este sentido, todos debemos tener presente las disposiciones de la Constitución y las Directrices del Comandante de los Creyentes, Su Majestad el Rey, garante de cuestiones familiares y que vela por los derechos y la continuidad de la familia.
También sería beneficioso reforzar la interacción y la cooperación con los parlamentos nacionales de los países amigos, en dos sentidos: el primero es conocer mejor las buenas prácticas comparadas en materia de igualdad, paridad y participación, mientras que el segundo es dar a conocer nuestra práctica nacional en este ámbito, así como las reformas estructurantes que hemos puesto en marcha de acuerdo con nuestra Constitución, nuestra historia, nuestras tradiciones institucionales y nuestro contexto nacional abierto a los nobles valores universales.
Basamos nuestro desafío en este sentido en el empeño Real por hacer de la idea de reforma, sin rupturas, un horizonte nacional común. Este enfoque se enmarca en el compromiso de nuestro país con actuar de manera responsable en el seno de las instituciones internacionales, promoviendo el empoderamiento político y económico de las mujeres, respetando la soberanía de los Estados, sus valores y sus culturas, y teniendo presentes los conceptos de derecho y equidad.
A este respecto, quisiera evocar los esfuerzos de la comunidad parlamentaria internacional para la paridad en las instituciones representativas. A nivel nacional, destaco las notables contribuciones y el sincero compromiso de las mujeres marroquíes y su seria implicación en la Cámara de Representantes, así como en otras instituciones representativas y ejecutivas. También me gustaría resaltar la vigilancia, el rigor y la perseverancia de la sociedad civil femenina y de las organizaciones civiles que trabajan para empoderar a las mujeres.
Señoras y señores,
El Foro coincide con el lanzamiento de la campaña anual de las Naciones Unidas titulada «16 días de activismo contra la violencia de género», en la que Marruecos se compromete, siempre movilizado para luchar contra la violencia hacia las mujeres.
La cifra que acompaña al tema «Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres», que indica que una mujer es asesinada cada diez minutos en el mundo, subraya el hecho de que se trata de un fenómeno global, condenable y peligroso, que afecta tanto a países del Norte como del Sur, y que nos coloca a todos ante una prueba colectiva en la lucha contra esta repugnante lacra, contraria a todas las leyes y al espíritu de la civilización.
Quisiera aprovechar esta ocasión para saludar los esfuerzos de las organizaciones internacionales, en particular de las Naciones Unidas, para limitar la violencia contra las mujeres. También quisiera reiterar mi bienvenida a sus representantes que están aquí con nosotros, y a los representantes de los parlamentos africanos hermanos que participan en este foro.
Gracias por aceptar nuestra invitación y por sus valiosas contribuciones a nuestro trabajo.
Gracias por su atención.