El Primer Vicepresidente de la Cámara de Representantes, Mohammed Sabbari, ha pronunciado hoy, jueves 11 de julio de 2024, en Marrakech, la siguiente alocución en nombre del Presidente de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi El Alami, durante la sesión inaugural de la segunda edición del Foro Económico Parlamentario de Marrakech para la Región Euromediterránea y el Golfo, que se celebra bajo el alto patrocinio de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios Le Asista, organizado por la Cámara de Consejeros y la Asamblea Parlamentaria del Mediterráneo, los días 11 y 12 de julio de 2024, en la ciudad de Marrakech.
Señor Presidente de la Cámara de Consejeros y Presidente de la Asamblea Parlamentaria del Mediterráneo, hermano Enaam Mayara,
Señoras y señores Presidentes de instituciones legislativas y organizaciones parlamentarias multilaterales
Señoras y señores responsables de las instituciones internacionales y regionales, cada uno en su nombre y calidad,
Señoras y señores,
En nombre de la Cámara de Representantes del Reino de Marruecos, me complace participar con ustedes en la apertura de la segunda edición del Foro Parlamentario Económico de Marrakech para la Región Euromediterránea y el Golfo. Así, agradezco al hermano Enaam Mayara haber invitado a la Cámara de Representantes a participar en esta edición, que sin duda constituirá un marco para un debate rico sobre cuestiones de gran actualidad en el actual contexto internacional para las dos regiones de la cuenca del Mediterráneo y el Golfo árabe.
Este Foro se celebra en un contexto regional e internacional lamentablemente marcado por la agravación, expansión geográfica e intensificación de los conflictos y crisis en la región, con todas las graves pérdidas humanas y las consecuencias políticas, económicas y sociales que provocan.
La guerra en Gaza, los actos de matanza y desplazamiento contra los civiles no son más que el resultado inevitable de la realidad de la ocupación y la injusticia histórica que sufre el pueblo palestino desde 76 años. Sin un horizonte político para el conflicto en Oriente Medio, y sin una intervención crucial y firme por parte de la comunidad internacional, el conflicto de Oriente Medio permanecerá siendo una fuente de crisis en la región y su geografía circundante, y un obstáculo para el desarrollo y la prosperidad común al que aspiramos juntos. Así, la espiral de violencia continuará destruyendo todas las esperanzas de los pueblos de la región para la coexistencia pacífica.
Si la región del Golfo árabe, al menos sus seis países hermanos, han dado grandes pasos hacia la cooperación, el entendimiento y la unión frente a las crisis e intervenciones extranjeras, la región de la cuenca del Mediterráneo sigue siendo el espacio en el que se acumulan las mayores cantidades de armas y a su alrededor estallan las crisis más complejas y prolongadas, con sus consecuencias humanas y económicas derivadas de esta situación. Las migraciones, los desplazamientos, los asilos y las tragedias que provocan son, en una parte, el resultado inevitable de las guerras y conflictos y la ausencia de la seguridad. Estos factores que se suman a las repercusiones de los desequilibrios climáticos predominantes, la desertificación, la sequía, la reducción de los espacios forestales y la escasez de agua en la región mediterránea.
A raíz de estas situaciones y en su contexto, se celebra este Foro que dedican principalmente a los siguientes dos ejes: la transición hacia la energía verde y el apoyo al espíritu empresarial y las empresas que trabajan en este ámbito. No se trata solo de una de las respuestas principales a la problemática de escasez de energía y sus altos precios, sino de lograr una serie de retos universales que nuestras regiones de la cuenca del Mediterráneo y el Golfo, deben ganar para que sea un afluente de la acción internacional común para salvar el planeta Tierra y que pueden resumirse en lo que sigue:
El primer reto es contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, al menos según lo acordado en las Conferencias de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima (París, Marrakech, Bonn, Sharm El Sheikh, Dubai). Se trata de una responsabilidad política y moral hacia la sostenibilidad y las generaciones futuras.
El segundo reto consiste en hacer de la transición a la energía verde la pieza central de la transición a una economía verde, lanzando dinámicas y ofreciendo oportunidades de inversión, empleo e innovaciones que facilitan la vida.
El tercer reto se refiere a la reducción del gasto que exige el uso de las energías tradicionales, su coste en los presupuestos públicos y en el coste de producción y su impacto en los precios de diversos materiales y servicios, cuya subida, en muchos casos, afecta a la estabilidad social y política.
El cuarto reto es transversal y se refiere a lograr un desarrollo sostenible mediante la explotación racional de los recursos naturales, tanto terrestres como marinos, facilitando la regularidad de los ciclos naturales y el equilibrio ecológico, proporcionando un entorno sólido para la urbanización y haciendo que las ciudades y los centros urbanos sean viables y respondan a la presión demográfica y a las necesidades de movilidad.
Señor Presidente,
Señoras y señores,
Puede parecer fácil planificar el logro de estos retos, pero llevarlo a cabo y aplicarlo puede no ser tan sencillo, ya que nos enfrentamos a varias dificultades y retos que solo pueden superarse con la acción colectiva, la solidaridad y, particularmente, la voluntad política colectiva.
A la vanguardia de estos retos, la escasez de recursos financieros y fuentes de financiación de proyectos verdes es un obstáculo importante para lograr varias ambiciones y aspiraciones. A pesar del lanzamiento de varios mecanismos para combatir los efectos de los desequilibrios climáticos, especialmente el Fondo Verde para el Clima (FVC), cuyo objetivo inicial es apoyar a los países vulnerables a los desequilibrios climáticos, si no se facilita el acceso a la financiación para los países necesitados y para los portadores de proyectos privados, los compromisos internacionales para la transición hacia una economía verde seguirán siendo ineficaces.
La segunda dificultad/reto es el acceso a la tecnología utilizada para producir energía a partir de fuentes renovables, debido a sus altos precios y su sujeción a los procedimientos de patentes y a su uso estricto, lo cual compromete los proyectos ambiciosos.
El tercer reto radica en la imposición de estrictas normas como el carbono cero en los intercambios y productos procedentes de países del Sur, lo que frena las dinámicas de transición hacia una economía verde.
Ante estos retos, nosotros, como parlamentos y organizaciones parlamentarias multilaterales, deberíamos abogar por facilitar la transferencia de tecnología utilizada en la economía verde, capital e inversiones desde el Norte y el Sur en condiciones más favorables y tratar de integrarlos en las industrias nacionales para que estén disponibles a un coste asequible.
Creemos que la combinación de estos dos elementos con las habilidades y los recursos humanos de los países del Sur y el Este del Mediterráneo, junto con el gran potencial de nuestros hermanos del Golfo árabe y su experiencia acumulada en materia de energía, crearán una alianza interregional para una economía verde que estimulará la creación de más empresas y facilitará grandes proyectos que produzcan ingresos, puestos de trabajo y preserven el medioambiente.
En última instancia, se trata de hacer realidad la solidaridad entre países y pueblos y de compartir la prosperidad, los frutos de la tecnología y la riqueza.
Por supuesto, como ya he señalado, esto depende de la paz y la estabilidad, de la construcción de la confianza y la orientación hacia la construcción de la seguridad colectiva.
No cabe duda de que todos reconocemos que el camino hacia la paz, la seguridad, el progreso y la coexistencia pasa por permitir a los pueblos de la región disfrutar de sus territorios y de la paz, y a todos los Estados gozar de su derecho a la integridad territorial.
Señoras y señores,
El Reino de Marruecos, que hoy les acoge, se enorgullece de sus logros en el ámbito de la energía producida a partir de fuentes renovables, como la energía solar y eólica. Los proyectos llevados a cabo en diversas partes del Reino son testimonio de un firme compromiso para combatir las causas de los desequilibrios climáticos. Asimismo, se está planificando que nuestro país se convierta en un actor internacional importante en el ámbito del hidrógeno verde. Lo que da credibilidad a estos proyectos y garantiza su éxito es que se planifican y se llevan a cabo bajo la dirección, el liderazgo y el patrocinio de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios Le Glorifique.
Por otra parte, los proyectos agrícolas llevados a cabo en Marruecos gracias a las sucesivas estrategias atestiguan el compromiso del Reino de seguir contribuyendo a la seguridad alimentaria internacional. Como saben, con estos y otros planes, nuestro país está abierto a las asociaciones, de las cuales estamos orgullosos de mantener con nuestros hermanos del Golfo árabe, así como con nuestros amigos de Europa.
Además, siempre debemos recordar que la profundidad de las regiones del Mediterráneo y del Golfo árabe radica en África, un continente prometedor por su potencial en el ámbito de la economía verde, que necesita asociaciones y financiación para convertirse en una riqueza en beneficio de los países del continente, en el marco de una lógica de ganar-ganar y de una asociación equilibrada.
No necesito recordar el firme compromiso de Marruecos, bajo el liderazgo de Su Majestad, que Dios Le Asista, con el desarrollo sostenible de África, reflejado en proyectos estructurados concretos y en ambiciosas iniciativas estratégicas para el desarrollo del continente, que debe tomar en sus manos su propio progreso. La más reciente de estas iniciativas es la Iniciativa Atlántica, que prevé la integración económica africana y permite a muchos países del continente tener acceso al mar, con infraestructuras estratégicas y estructuradas, de las cuales la energía estará sin duda en el centro.
Gracias por su atención. Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh.