Señor vicepresidente de la Cámara de Consejeros;
Señor ministro de industria, comercio y economía verde y numérica;
Señor ministro delegado encargado de la cooperación africana;
Señora vicepresidente del Parlamento Panafricano;
Señor comisario de la comisión permanente de comercio, aduanas e migración;
Señor presidente del consejo nacional de las provincias de Sudáfrica;
Señores miembros de las dos comisiones participantes en esta reunión conjunta,
Invitadas e invitados del Parlamento del Reino de Marruecos;
Honorable público;
No cabe duda que esta reunión africana celebrada en Rabat, a pesar de su carácter organizativo, técnico y temático definido, requiere tener presente una serie de ideas que pueden solo tratarse con mucha honestidad y emoción, especialmente para nosotros en el Norte de África, y exclusivamente en Marruecos, cuya capital Rabat, se prepara para ser la capital de la Cultura Africana durante un año. Marruecos, que fue uno de los pocos países fundadores de la Organización de Unidad Africana (la Unión africana actualmente). Desde su retorno a su casa africana, Marruecos vive de nuevo al ritmo de África, cultural, intelectual, político, diplomático, económico y en lo tocante a la civilización.
En realidad, África no representa para nosotros solo un bloque geográfico sordo, sino un continente que siempre ha sido una referencia en la civilización marroquí, en la historia y la memoria de todos los marroquíes, individuos y colectivos, en nuestro tejido cultural y lingüístico, en nuestra identidad y personalidad, en nuestros programas pedagógicos y libros escolares, en nuestras expresiones y formas de artes musicales, coreográficas, plásticas y cinematográficas, etc. Es suficiente leer la Constitución del Reino de Marruecos para darse cuenta de la dimensión africana presente de forma clara en el preámbulo, en su espíritu y su relación estrecha con el Continente.
Por consiguiente, la relación entre Marruecos y su continente ha sido, es y seguirá siendo una relación existencial, incluso cuando se alejó el Reino un poco de su casa africana oficial, se han mantenido sus lazos con los hermanos y amigos en el continente y con las cuestiones principales que preocupan a África. Por lo contrario, durante este periodo, la implicación marroquí en lo relativo a África ha aumentado, tanto a nivel oficial como popular. El número de las visitas efectuadas por S.M el Rey Mohamed VI, que Dios le preserve, a África ha aumentado de forma sin precedentes. Estos factores han facilitado y activado el retorno de Marruecos a la Unión Africana de forma fluida, como todo el mundo recuerda.
Invitados honorables,
En primer lugar, les doy la bienvenida en su segundo país Marruecos, y tendría que elogiar el papel vital y destacado que desempeñan los hermanos y amigos en el Parlamento de toda África, en un apego claro y concreto con las directrices generales que el gran contexto africano ha establecido por sí mismo y por sus miembros, con su filosofía que consiste en ser la verdadera voz de todos los pueblos africanos. Es una ocasión para que encomie particularmente los esfuerzos desplegados por el actual Presidente, Roger Nkodo, la secretaría general, la comisión ejecutiva y las comisiones permanentes en el seno del Parlamento Panafricano, cuya labor en nuestro espacio africano es destacada y eficaz.
El Parlamento marroquí está orgulloso de acoger este encuentro sobre las principales cuestiones del presente y el futuro de nuestro continente. Es un encuentro que tiene lugar en una etapa marcada por transformaciones cualitativas, tendentes a consolidar cada vez más las prácticas democráticas, el respeto de los derechos humanos, la inmunización de los órganos del Estado Nacional. Son cimientos que garantizan la estabilidad, la seguridad y el desarrollo para nuestros pueblos africanos. Por otra parte, ayudan a proteger al continente de la inestabilidad, la violencia, el armamento ilegal, la delincuencia organizada, la trata de personas y la migración irregular.
Este encuentro se celebrara en una coyuntura inquietante debido a la obsesión actual de los diferentes Estados del mundo y de la organización mundial de la salud, para hacer frente al peligro inminente de Coronavirus que amenaza a la vida humana, habida cuenta de los índices y la evolución acelerada que confirman que existe una verdadera crisis y que esta epidemia universal que pasa de forma rápida de ser una crisis sanitaria a ser una crisis económica, comercial y financiera. Tememos que esta crisis tenga consecuencias en la situación en nuestro continente, en un momento en que la economía de África y sus intercambios con el mundo a todos los niveles han crecido de forma notoria.
África ya es un destino para las aspiraciones mundiales contemporáneas, se sitúa en el corazón de los intereses de los grandes países e las instituciones económicas, financieras internacionales, debido al crecimiento demográfico que alcanza 1,3 millones de habitantes, la extensión de su superficie, la diversidad de sus capacidades naturales, sus recursos materiales y no materiales que aún no han sido explotados de forma óptima.
Observamos la preocupación de todos por este gran valor, especialmente a través de las cumbres regulares que se celebran entre los Estados Unidos y África, entre Rusia y África, entre Japón y África y entre China y África. Esto confirma de forma concreta que África es el continente del futuro. Pero la pregunta que debemos plantear es, ¿cómo hacemos de este interés universal particular un elemento atractivo, creativo, motivador al servicio de los pueblos africanos?
En mi opinión, este horizonte solo se puede lograr a través de una estrategia de cooperación Sur-Sur, que debería ser determinante para nuestro enfoque africano para el desarrollo, la elección, la visión y la prioridad en la planificación, los programas y las políticas. En este sentido, Marruecos inició esta obra Sur-Sur en un modelo que hoy ha demostrado su eficacia y su valor referencial.
Mientras que estamos discutiendo una cuestión estratégica, me refiero al comercio interafricano en el contexto del acuerdo relativo al Área de Libre Comercio (AFCFTA/ZLECAF). En esta alocución, es importante enfatizar la necesidad de acelerar el ritmo de la integración económica regional a nivel de los ocho organismos subregionales -las Comunidades Económicas Regionales (CER)- que estructuran nuestro desarrollo regional. Esta es la base natural que gradualmente hará del área de libre comercio de África una realidad viva y palpable al servicio de nuestros pueblos.
Estos me lleva a una conclusión que considero esencial en nuestro contexto, a la luz de la crisis sanitaria y sus repercusiones económicas y sociales en muchos países, que es cada vez más preocupante, parece que una revisión de las reglas de la globalización se está imponiendo con urgencia, sobre la base de la evaluación de la nueva legalización de libre intercambio Norte- Sur, con el cual la soberanía de varios países se expone a lagunas, errores, negligencias o el deseo de los demás.
Desafortunadamente, el examen de la situación actual ilustra la realidad de la paradoja existente: aunque el continente africano posee recursos, fuentes y productos ricos y variados, cuya posición y rentabilidad siguen siendo muy modestos en comparación con la rentabilidad registrada en las áreas del intercambio comercial y las otras economías. Nuestro continente aún no ha superado el umbral de 2% del comercio internacional en su conjunto. Durante el período comprendido entre 2015 y 2017, los intercambios africanos generaron solo 760 mil millones de dólares, en comparación con Europa, por ejemplo, que alcanzó 4,110 mil millones de dólares, 5,140 mil millones de dólares para América y 6,800 mil millones de dólares para Asia. No necesito dar ejemplos más claros del déficit a nivel de las importaciones y exportaciones, especialmente por lo que respecta a los productos alimenticios básicos, los equipamientos y productos fabricados, así como el alcance de la creciente necesidad del continente de otras materias primas, minerales y no minerales...
Sin embargo, la imagen no es sombría. Desde el comienzo del milenio actual, el comercio interafricano alcanzó un ritmo importante de 12,5%. Si la estrategia del área de libre comercio de África se hubiera logrado según lo previsto y planeado, según un estudio adoptado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, nuestro continente habría alcanzado 33% en el ámbito del intercambio comercial entre países africanos. Es un porcentaje muy realista, debe ser logrado construyendo esta región con condiciones y enfoques que sirven al continente y a sus pueblos. Este horizonte sigue siendo posible si existiría la fuerte voluntad política, la previsión y el firme espíritu patriótico dirigido hacia el futuro y que cree en la historia y el potencial de los pueblos africanos y su genio.
Esto también significa que África necesita nuevas élites políticas y económicas que vivan su época, aceleren el tiempo, corran contra los relojes biológicos, cambien las mentalidades predominantes, promuevan las campos de la educación, la formación, la universidad y la investigación científica, y obren seriamente por superar el déficit del que está sufriendo nuestro continente, en cuanto a las infraestructuras básicas como los aeropuertos, carreteras, autopistas, ferrocarriles, energías renovables, nuevas tecnologías de comunicación y revisión de los procedimientos y legislaciones aduaneros y administrativos que aún son altos en comparación con sus similares en las otras áreas comerciales.
En conclusión, confío sinceramente en que todos hemos comenzado a tener una visión común clara sobre los requisitos del despegue económico y comercial, sobre la reconstrucción del desarrollo africano, así como sobre la prioridad de la cooperación y la sinergia Sur-Sur, sobre la necesidad del surgimiento de (Nueva África), como lo había llamado Su Majestad el Rey Mohamed VI, Rey de Marruecos, en un mensaje Real dirigido a la novena sesión del foro de Desarrollo para África en Marrakech en octubre de 2014: “Nueva África, una África orgullosa de su identidad , una África moderna, libre de las restricciones ideológicas y de los restos del pasado, una África audaz y emprendedora ".
Todo esto no es imposible para África y los africanos (mujeres, hombres y energías juveniles).
Gracias a ustedes