El Presidente de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi El Alami, pronunció, el jueves 30 de junio de 2022, una alocución con motivo de la primera Conferencia de la Red Parlamentaria del Movimiento de Países No Alineados, celebrada en Bakú, capital de Azerbaiyán, del 29 de junio y al 02 de julio de 2022.
He aquí el texto íntegro de la alocución:
Señora Presidenta de la Asamblea Nacional de la República de Azerbaiyán,
Señoras y señores Presidentes,
Estimada/os colegas,
Señoras y señores,
Es para mí un gran placer y un sincero entusiasmo participar, al frente de una delegación del Parlamento del Reino de Marruecos, en la Conferencia constitutiva de la Red Parlamentaria del Movimiento de Países No Alineados, que alberga la capital de la República de Azerbaiyán.
En primer lugar, me gustaría expresar mis más sinceros agradecimientos y gratitud a la República de Azerbaiyán, Gobierno, Parlamento y pueblo, por la hospitalidad que se nos ha brindado en este hermoso, auténtico y arraigado país, así como por las condiciones reunidas para el éxito de esta Conferencia, siendo ésta una ocasión para sentar las bases institucionales de la dimensión parlamentaria del Movimiento de Países No Alineados.
El Movimiento de Países No Alineados fue fundado en 1961 durante la Guerra Fría entre Oriente y Occidente, con la intención de consolidar la independencia de los países descolonizados y apoyar a los países en su lucha por la independencia, así como con la esperanza de lograr el desarrollo independiente.
Hoy, con el fin de la Guerra Fría, la comunidad internacional y, en particular, los países miembros del Movimiento, se enfrentan a retos cada vez mayores, agravados por la globalización de los conflictos y las crisis, los dilemas del terrorismo, los desplazamientos y los desequilibrios climáticos, y exacerbados por las repercusiones de la pandemia de COVID-19, la aguda escasez de recursos alimentarios y el aumento sin precedentes de los precios de la energía debido a los contextos que todos conocemos.
Creo que la elección del tema “Fortalecimiento del papel de los Parlamentos nacionales en la promoción de la paz mundial y el desarrollo sostenible” refleja nuestra preocupación en tanto que comunidad parlamentaria en el contexto mundial en el que los pueblos de los países de nuestro Movimiento pagan el precio más que otros, así como traduce nuestro afán por dar un nuevo impulso a las preocupaciones centrales del Movimiento de Países No Alineados después de más de 60 años de su creación.
Si la situación de nuestros países en el contexto internacional actual es bien conocida, recordar algunos de sus indicadores reveladores nos urgiría aún más, como comunidad parlamentaria, en cuanto a las propuestas que podríamos aportar para solucionar los dilemas que hoy oscurecen el mundo, y nos interpela sobre la eficiencia de los antiguos enfoques y la idoneidad de los discursos políticos que hemos empleado a lo largo de los años, teniendo en cuenta la magnitud de los desafíos actuales.
Permítanme, señora Presidenta, estimada/os colegas, compartir con ustedes algunos de estos indicadores y paradojas. El primer indicador es que los países No Alineados poseen las mayores reservas de recursos primarios de energía y minerales, así como la proporción más alta de tierras cultivables (más del % 60 sólo en África). En cambio, los Países No Alineados tienen los indicadores más elevados de hambre, pobreza extrema, escolaridad deficiente y conexión débil a las redes de agua, electricidad e infraestructuras.
El segundo indicador es que la gran mayoría de los conflictos armados internos y transfronterizos ocurren hoy, como ayer, entre los países no alineados o dentro de ellos, lo que impide el desarrollo y crea generaciones traumatizadas por la violencia.
El tercer indicador es que los países no Alineados representan, en números, más de la mitad de los Estados miembros de las Naciones Unidas, pero no somos influyentes en la decisión internacional de manera acorde con nuestro tamaño demográfico, nuestra extensión geográfica, la historia de nuestros países y nuestra contribución a la civilización mundial.
En cuanto al cuarto indicador, nuestros países pagan el precio de los desequilibrios climáticos, como la sequía, la desertificación, la desaparición de la cubierta forestal y, en ocasiones, las inundaciones, teniendo en cuenta las consecuencias provocadas por los flujos migratorios y desplazamientos debido al clima. Por el contrario, no nos hemos beneficiado como se requiere de la revolución industrial y tecnológica, y solo causamos un porcentaje muy reducido de las emisiones de gases de efecto invernadero (por ejemplo, todos los países africanos sólo causan el 4% de estas emisiones)
La respuesta a estos retos y la superación de estas paradojas, requieren una nueva visión y enfoques innovadores de nuestra parte, que no menosprecien ni nieguen la historia de la lucha del Movimiento de Países No Alineados, sino que evoquen su espíritu y sus ideales, tengan presentes los nobles objetivos de su creación y contribuyan a la renovación del alegato y al entrelazamiento de las relaciones.
Soy uno de los que creen en el futuro de nuestros países, y estoy convencido de la necesidad de dar un nuevo impulso a nuestro alegato en tanto que Parlamentos en los marcos multilaterales, con un discurso cuyo contenido sea la defensa de la paz, la democratización de las relaciones internacionales, el uso justo de la riqueza de la tierra, la independencia de las decisiones de los países no alineados y su derecho a adquirir tecnologías y explotar sus riquezas de modo óptimo.
Estamos llamados a abogar por la justicia climática para nuestros países y por un comercio internacional equilibrado.
Paralelamente, debemos abogar por la cooperación entre nuestros países, elevar el nivel de esta cooperación a una asociación multilateral, así como hacer de la solidaridad entre nosotros y la no injerencia en los asuntos internos de otros, una doctrina fundamental.
En el centro de todo esto, sigue siendo fundamental el respeto a la soberanía de nuestros países y a la integridad territorial de todos los miembros, así como del resto de la comunidad internacional. Los mayores retos a los que se enfrenta nuestro grupo geopolítico son la desintegración de los Estados, el colapso de los regímenes políticos y la secesión, en un terreno fértil para el terrorismo y el fanatismo, dado que varias regiones se han convertido en el escenario de muchas crisis, aunque las crisis no existen en una región específica, que cada vez se extienden con el respaldo de algunos países bajo el pretexto de defender principios y valores nobles. No puede existir un desarrollo, progreso o construcción institucional sin paz y seguridad, y sin fronteras seguras entre los países en los que prosperan el comercio, los negocios, los intercambios y la circulación de personas.
El futuro nos pertenece si nos aferramos a la doctrina de la cooperación, la solidaridad, la paz y el respeto mutuo, y si logramos prevenir y solucionar las crisis.
En el Reino de Marruecos, bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, continuaremos defendiendo este principio y obrando por forjar alianzas que susciten esperanzas y establezcan el futuro, decididos a compartir nuestras experiencias y habilidades con los hermanos y amigos.
Seguiremos convencidos de que los sucesos que nos rodean aumentan nuestra necesidad como comunidad internacional de la paz, la democracia y la convivencia. Se trata de una responsabilidad que nos corresponde a todos nosotros.
Deseo para esta Conferencia el éxito y les agradezco su atención.