Querida/os colegas,
Señoras y señores,
Ustedes se reúnen nuevamente en el marco de la Comisión de Cuestiones Sociales, Sanidad y Desarrollo Sostenible y de la Red de Parlamentarios de Referencia para un Medioambiente Sano, dependientes de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, con el objetivo de contribuir y aportar el impulso parlamentario necesario a las políticas internacionales justas en sectores y cuestiones que se encuentran en el corazón de los derechos humanos, del desarrollo sostenible, de la justicia y de la aspiración colectiva a una prosperidad común.
Les estoy muy agradecido por su invitación para que abra sus trabajos como invitado de honor a estas reuniones. A este respecto, les aseguro que en el Parlamento del Reino de Marruecos nos alegramos una vez más de acogerles aquí en la ciudad de Marrakech, esta ciudad con un horizonte internacional y una historia anclada que refleja el arraigo y la fuerza del Estado marroquí a lo largo de los siglos, la apertura que lo caracteriza, su profundidad africana y su vecindad europea. Marrakech no solo es una ciudad turística mundial, sino también una ciudad que acoge congresos internacionales en todos los ámbitos bajo los auspicios de las diferentes organizaciones multilaterales. En este territorio se adoptaron varias resoluciones internacionales trascendentales, como el nacimiento de la Organización Mundial del Comercio y la firma en 1994 de los documentos finales del GATT, que dieron inicio a una nueva era del comercio internacional. Marrakech fue también el anfitrión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en su 22ª edición en 2016 que le otorgó a este mecanismo internacional una dimensión africana pura y distinta. Por otra parte, en Marrakech en diciembre de 2018, se aprobó el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular en el marco de la conferencia intergubernamental por unos 150 Estados.
Las cuestiones incluidas en su orden del día para estos dos días están en el centro de la filosofía de estas conferencias y foros internacionales y de los mecanismos y resoluciones que resultan de los mismos. Esto demuestra el compromiso sincero y constante de nuestro país con los valores humanos, la cooperación internacional, la justicia social, la justicia en las relaciones internacionales y la prosperidad común. Esto quiere decir que, en el marco de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, y en la comunidad parlamentaria internacional en general, disponemos de las referencias internacionales acordadas relacionadas con nuestro trabajo. Esto también significa que el verdadero problema radica en la aplicación, en el compromiso colectivo, en la sinceridad de las resoluciones y en la medida en que se cumplen los compromisos.
Como es habitual, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y sus órganos han seleccionado con acierto los temas que van a examinar hoy y mañana. La elección de la salvaguardia de la democracia, los derechos humanos y el medioambiente en el contexto de la globalización y de un comercio internacional abierto y basado en la lógica del mercado para ser objeto de sus deliberaciones surge de su conciencia de las amenazas a las que se enfrentan la democracia y los derechos humanos en sus diferentes aspectos y generaciones.
En este contexto, la preservación de la democracia en sus dimensiones políticas e institucionales es un desafío universal que debe movilizar a todas las fuerzas que creen en el pluralismo, la apertura, la tolerancia y la solidaridad frente a la intolerancia, la introversión, la regresión, el sectarismo, así como las tendencias antiinstitucionales y en particular antiparlamentarias que cuestionan la necesidad y pertinencia de la labor y del compromiso político.
Una responsabilidad particular que consiste en la defensa de la democracia recae sobre los parlamentos y sus componentes políticos, en particular a través de: 1) producir un impacto en la sociedad y en la vida de las personas, 2) velar por la credibilidad de las instituciones, el respeto de los compromisos y el realismo, 3) hacer de los parlamentos espacios que incuben las preocupaciones de los ciudadanos y productivos de las soluciones acordadas y abiertos a la sociedad, 4) implicar a ésta a través de los mecanismos de democracia participativa en los trabajos que son de la competencia de los Parlamentos.
Al mismo tiempo que estos fenómenos amenazan la democracia desde dentro, esta se ve igualmente confrontada a desafíos externos, tales como las amenazas terroristas, el totalitarismo y el extremismo, los peligros de debilitamiento del Estado y su colapso debido a los conflictos internos y al fracaso del proyecto de construcción de un Estado nacional que cumpla con las exigencias universalmente reconocidas, así como los peligros de separatismo y secesión de los Estados. Dado que no pueden existir derechos garantizados por las Constituciones y las legislaciones democráticas basadas en los instrumentos internacionales sin una democracia institucional a todos los niveles local, regional y nacional, los desafíos a los que se enfrenta la democracia son los mismos a los que hace frente los derechos humanos expuestos a la vulnerabilidad y al debilitamiento en muchos momentos y contextos.
A medida que la democracia y los derechos humanos requieren leyes, instituciones y mecanismos que los garanticen, también requieren medios y recursos que les proporcionen un significado concreto que permitan a la gente sentir, ejercer y disfrutar de sus derechos. La relación dialéctica entre la democracia y el desarrollo, entre el comercio internacional y la globalización de la economía, radica en que deben beneficiar a todas las sociedades.
Si uno de los objetivos anunciados para la liberación del comercio internacional es que prevalezca la prosperidad en el mundo, esta ambición está lejos de concretarse. En cambio, las disparidades en el desarrollo y el disfrute de la prosperidad fruto del desarrollo tecnológico y de los ingresos del comercio internacional se han acentuado en el seno de la misma sociedad, entre el norte y el sur. Al igual que ocurrió con la revolución industrial, seguida de una brecha histórica en el desarrollo entre el Norte y el Sur, se está reproduciendo el mismo escenario en la actual revolución digital que acompaña a la globalización, ya que amplias categorías y varios pueblos no se benefician de los beneficios intelectuales, económicos, científicos y de servicios de la era digital.
Este desarrollo desigual intensifica el sentimiento de injusticia y de privación y no contribuye a que todos tengan acceso a los servicios sociales, especialmente si se añade a todo esto el peso del endeudamiento exterior.
Por otra parte, la feroz competencia por los mercados produce una explotación abusiva de los recursos naturales. La urbanización descontrolada incrementa las causas del desequilibrio climático, cuyo precio lo pagan los grupos vulnerables y los países de bajos ingresos, que no son los principales responsables de la contaminación de la tierra, como es el caso de África. Nuestro continente sufre las consecuencias de este desequilibrio en lo que se refiere a la sequía, las inundaciones y la explotación excesiva de sus recursos, sabiendo que es responsable -como debemos siempre recordarlo- sólo del 4% del total de las emisiones que causan el calentamiento de la tierra.
Al igual que los esfuerzos del Consejo de Europa y de su Asamblea parlamentaria en el ámbito de los derechos humanos, que gozan de gran estima mundial, la Red de Parlamentarios de Referencia para un Medioambiente Sano, que depende de nuestra Asamblea, ofrece un diagnóstico preciso y adecuado de la grave explotación medioambiental en el medio europeo, euromediterráneo y mundial.
Independientemente de los diagnósticos, lo esencial es que la defensa parlamentaria de las causas medioambientales tenga un eco entre las grandes potencias económicas, las grandes empresas y las potencias que influyen en las decisiones económicas y políticas internacionales. En primer lugar, mediante el cumplimiento de los compromisos internacionales relativos a la limitación del cambio climático, en segundo lugar mediante la financiación de la economía verde y el apoyo de la transición energética, y en tercer lugar mediante la facilitación de la transferencia de tecnologías del Norte al Sur, en particular a África y América Latina, y la reducción del costo de su compra para que los países del Sur puedan utilizar las tecnologías de la economía verde en la producción a partir de fuentes renovables no contaminantes y para ahorrar y movilizar el agua.
Todo esto podría enviar un mensaje positivo a la opinión pública de estos países en cuanto a la credibilidad del concepto de solidaridad mundial para preservar el medioambiente como un medio para preservar el futuro de la humanidad. Todos nosotros debemos tener en cuenta el coste de esta transición y el elevado precio de los equipos necesarios para producir energías limpias, así como la garantía de un medioambiente limpio y no contaminado, dado que se trata de uno de los nuevos derechos humanos fundamentales. La comunidad internacional y la conciencia mundial están sin duda a prueba para permitir que todo el mundo logre esta transición energética y tenga acceso a las tecnologías que lo faciliten. La justicia social mundial y la solidaridad exigen compartir los frutos de los desarrollos y las innovaciones tecnológicos y el costo internacional del desequilibrio climático, porque la humanización de la globalización requiere que todos se beneficien de ello, al igual que avanzar a velocidades desiguales no sirve a la estabilidad mundial.
Querida/os colegas,
Señoras y señores.
Uno de los temas incluido en su orden del día es "la urgencia de la salud pública y la necesidad de un enfoque holístico del multilateralismo y la atención de salud". Han acertado ustedes al seleccionar este tema, sabiendo cómo ha sido gestionada la pandemia de Covid-19 a nivel mundial, durante la cual el egoísmo nacional ha prosperado en la producción, la gestión y el suministro de vacunas, equipos médicos y medios de protección, mientras que los países pobres se han encontrado solos en la lucha contra la pandemia, armándose de sus medios y equipos limitados.
Si la pandemia de Covid-19 agravó las crisis sanitarias, aumentó los presupuestos públicos y frenó las dinámicas económicas en el mundo, sus consecuencias fueron graves para los servicios de salud y los gastos públicos en los países del Sur. Hoy, las lecciones de Covid-19 nos interpelan sobre la facilitación del acceso de todos a los medicamentos, los servicios de salud y el tratamiento. En efecto, esto nos obliga, como comunidad parlamentaria, a abogar seriamente y a utilizar todos nuestros poderes parlamentarios y a presionar para que se levanten las restricciones que obstaculizan el acceso a los tratamientos y los medicamentos para todos, en particular la facilitación de la transferencia de las tecnologías médicas y la reducción del uso abusivo e injustificado de las patentes en el sector de los medicamentos y de los equipos médicos, lo que se ha convertido en una fuente de enriquecimiento récord para un número limitado de empresas multinacionales. La "conciencia mundial" y la "solidaridad internacional" vuelven a enfrentarse a una prueba moral y política ante el sufrimiento de diversos países del Sur, particularmente en África.
También han acertado al seleccionar el derecho a una vivienda adecuada como otro tema central de sus reuniones. Se trata de una cuestión que pone en juego la estabilidad familiar y social, el desarrollo de los individuos y la cohesión de la sociedad. Con la aceleración de la urbanización y el urbanismo, y los problemas que se derivan de ello en las ciudades con respecto a la presión sobre los servicios, el medioambiente y el consumo, es cada vez más necesario no sólo asegurar una vivienda a buen precio, sino también una vivienda que respete las exigencias en términos de transporte urbano, espacios verdes, espacios de entretenimiento e instituciones de servicios sociales, tales como la educación, la salud, el deporte y la cultura. Por supuesto, un entorno de vivienda limpio y organizado puede contribuir a la producción de generaciones abiertas y orgullosas de pertenecer a su entorno y a su patria.
A este respecto, también se plantea la cuestión de las capacidades, las fuentes de financiación y la presión sobre el gasto público, en particular el costo de la producción de viviendas y la construcción de ciudades dotadas de las instalaciones necesarias.
Al abogar por estos derechos como parlamentarios, buscamos la integración y la lucha contra la exclusión, la pobreza y la vulnerabilidad; entorno en el que es fácil que surjan la frustración, el extremismo y un pensamiento nihilista fanático. Nos aferramos a la solidaridad internacional porque se trata de la exigencia de equilibrio en las relaciones internacionales y en los intercambios, y de un deber moral y político que ha demostrado su eficacia. La Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial se recuperó principalmente gracias a la paz interna y transfronteriza, pero también gracias al Plan Marshall de reconstrucción.
Queridos colegas,
El Reino de Marruecos, que tiene el honor de albergarles hoy, ha desplegado grandes esfuerzos para proteger y hacer respetar estos derechos, específicamente los derechos humanos fundamentales. Aunque no reivindicamos la gloria del liderazgo en nuestro entorno cercano y lejano, estamos orgullosos de lo que hemos logrado y lo estamos logrando bajo el patrocinio de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le glorifique, que vela por asegurar el empoderamiento político, económico y social de todas y todos los ciudadana/os.
El pluralismo político y cultural, así como la libertad de opinión y expresión, forman parte de nuestro tejido social y de las características que conforman nuestra esencia. La protección social y la cobertura médica, que son proyectos sociales, permitieron en poco tiempo a 23 millones de ciudadanas y ciudadanos beneficiarse de una cobertura médica, sumándose a los millones de marroquíes que gozan de este derecho. En lo que respecta al derecho a una vivienda adecuada, ha sido objeto de diversas políticas públicas durante más de tres décadas y ha permitido a cientos de miles de familias obtener una vivienda adecuada, subvencionada por el Estado.
En cuanto a los esfuerzos de nuestro país para reducir los factores que provocan el desequilibrio climático, la comunidad internacional es testigo de la eficacia de las políticas aplicadas por el Reino para una economía verde, la producción de energía a partir de fuentes no contaminantes y la movilización del agua. Estos programas abarcan todo el territorio nacional de Tánger a Dajla y se extienden a más de 15 países africanos.
Durante sus trabajos, los ministros y los responsables marroquíes expondrán una serie de políticas y programas públicos que ponen de manifiesto el compromiso de nuestro país a favor de los derechos humanos, de la salud y de la vivienda para todos y su implicación en los esfuerzos internacionales para reducir las causas del desequilibrio climático.
Querida/os colegas,
Aprovecho esta ocasión para saludar y reiterar el orgullo de la Cámara de Representantes por la cooperación ejemplar, sincera, seria, responsable y fructífera que existe entre el Parlamento del Reino de Marruecos y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, con el fin de preservar la democracia y apoyar la asociación entre Marruecos y el Consejo de Europa y Marruecos y los miembros del Consejo en los marcos bilaterales. Efectivamente, el estatus de socio para la democracia del que goza el Parlamento marroquí ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa desde 2011, el hecho de que Marruecos sea el primer socio para la democracia del Consejo de Europa en la democracia local y la Hoja de Ruta 2022-2025, que es el marco estratégico para la cooperación entre el Consejo de Europa y el Reino de Marruecos, son una muestra de confianza mutua y de la profundidad de los lazos entre Marruecos y el Consejo, basados en los intereses mutuos, y principalmente en el respeto mutuo y los valores que compartimos.
En esta ocasión, quisiera reiterar el compromiso de la Cámara de Representantes con esta dinámica positiva y la importancia de su continuidad, sobre la base de la confianza, la lealtad y la asociación. Asimismo, saludo los esfuerzos de las autoridades políticas del Consejo de Europa y de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa para reforzar nuestras asociaciones, incluida, por supuesto, la Oficina del Consejo de Europa en Marruecos y los responsables de los programas de cooperación técnica entre el Parlamento marroquí y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Les estoy muy agradecido una vez más y les deseo el éxito en sus trabajos.