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10/10/2008 Texto íntegro del discurso de SM el Rey en la apertura del segundo año legislativo

09/10/2008

Rabat, 10 oct 08. SM el Rey Mohammed VI, acompañado por su hermano SAR el Príncipe Moulay Rachid, presidió, hoy viernes en Rabat, la apertura de la primera sesión del segundo año de la octava legislatura.

Con este motivo, SM el Rey dirigió un discurso a los miembros de las dos Cámaras del Parlamento.

He aquí el texto íntegro del discurso real:

"Loor a Dios,  la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios,   su familia y compañeros.

Respetables Señoras y Señores parlamentarios,

    Nuestra inauguración del presente período de sesiones, de octubre de 2008, constituye una nueva ocasión para abordar las grandes cuestiones nacionales, con los representantes de la Nación.

    El período legislativo actual se inscribe dentro de un contexto marcado por importantes citas electorales nacionales, como las que serán convocadas próximamente. Entre estas elecciones, algunas de las cuales acaparan vuestro interés, figuran aquellas que darán lugar a la renovación parcial de la tercera parte de la Cámara de Consejeros. Tales elecciones determinarán también, y de manera fundamental, la nueva composición de las colectividades locales, que bien consideramos como la plataforma básica de la democracia y el espacio fecundo para su positiva sinergia con el desarrollo.

    Por ello, todo buen patriota, preocupado por consolidar la credibilidad de las elecciones, ha de considerar estos plebiscitos en su doble dimensión democrática y de desarrollo, a la vez; unos plebiscitos que llaman a competir abiertamente, sobre la base de programas rigurosos, en el seno de un compromiso colectivo para con el interés general. Asimismo, ha de obrar por repudiar toda práctica politiquera e indigna, que no tiene cabida en el Marruecos actual.   
 
    Si el hecho de ganar la batalla del desarrollo se erige en centro del reto electoral, no significa que dicho reto vaya a ser despojado de su carácter democrático y mucho menos dar crédito a la falsa pretensión de que se está ante el fin de la política.
En absoluto. Siempre Hemos insistido en la necesidad de intensificar la acción política, basada en la participación responsable de los partidos serios en la buena gestión de los asuntos públicos, sobre la base de los resultados electorales.

    Por ello, es necesaria la amplia participación comprometida de todas las categorías sociales, especialmente de los jóvenes, con sus constructivas energías y ambiciones, no sólo para contribuir lúcidamente en la elección de sus representantes, sino también para asumir la responsabilidad de la gestión de los asuntos públicos locales, en tanto que base sólida de la buena gobernanza.
Para tal finalidad, damos Nuestras orientaciones al Gobierno para que tome las medidas necesarias, con el objeto de reducir de 23 a 21 años, la edad legal de elegibilidad, para las colectividades locales.
En este mismo contexto, invitamos al Gobierno y al Parlamento a cooperar, de modo productivo, a fin de disponer los mecanismos eficientes, capaces de estimular una presencia más adecuada y amplia de la mujer en los consejos comunales, tanto en condición de candidatas como luego de electas.

    Nuestro objetivo final no es otro sino garantizar una representatividad equitativa de la mujer en el seno de las colectividades locales, sobre todo para permitir a sus consejos beneficiarse de la contribución de la mujer marroquí cualificada, distinguida por su imparcialidad, realismo y profunda preocupación social.
Como bien sabéis, las colectividades locales constituyen el verdadero campo de pruebas para afianzar la confianza de los ciudadanos en los órganos representativos, en tanto que consejos que velan por sus necesidades básicas y por su vida cotidiana.

    Por ello, todo el mundo está llamado a no escatimar esfuerzo alguno, con vistas a hacer de las próximas elecciones unos plazos para el progreso y no meros duelos politiqueros.
El verdadero desafío electoral reside en ganar el reto efectivo de la competencia, que se basa en un pluralismo cualitativo, articulado en torno a programas de desarrollo bien precisos. No se trata de un pluralismo formal, que se conforma con extender las listas de los candidatos, variando colores y logotipos, sin aportar diferencias cualitativas de opciones y programas.

    En este sentido, decididos estamos a estimular la voluntad colectiva para lograr que todas las organizaciones y todos los candidatos, entren en competencia en condiciones similares y sin privilegio alguno. De igual modo, velamos por materializar tales condiciones, haciendo que las organizaciones políticas, de la mayoría y de la oposición, estén informadas de la fecha de las elecciones, para que todo el mundo pueda tomar parte en ellas sobre el mismo pie de igualdad.
Para tal finalidad, anunciamos ahora, que las elecciones de los consejos locales, municipales y rurales, tendrán lugar, Dios mediante,  el día 12 de junio de 2009.

De este modo, es deseo Nuestro que los partidos políticos influyentes, aprovechen este período que nos separa de la fecha del plebiscito, para configurar programas de desarrollo local integrado, así como para escoger a las élites cualificadas que los pueden llevar a cabo, con toda eficacia y lealtad.
Asimismo, exhortamos a todos los individuos, colectividades, organizaciones y autoridades, a acatar la ley, con toda objetividad y rigor, asumiendo su responsabilidad en garantizar la igualdad de los partidos políticos y del conjunto de los ciudadanos ante la misma, sin distinción alguna.

Respetables Señoras y Señores parlamentarios,

     Como bien sabéis, los próximos comicios no sólo van a concernir a los partidos políticos o a las colectividades locales, sino que abarcarán también a otras instituciones, que, constitucionalmente, poseen la función de encuadrar y representar a los ciudadanos; éstas son las organizaciones sindicales y las cámaras profesionales, por cuyo apoyo insistimos, a fin de cumplir el papel que les corresponde en la edificación de una economía productiva y de una sociedad solidaria.

    Con idéntica resolución, Nos hallamos empeñados en asociar a todas las fuerzas productivas y a aquellas que poseen una amplia experiencia, a la cristalización de las grandes opciones de desarrollo de nuestro país.
 Nuestra decisión de establecer el Consejo Económico y Social, se enmarca dentro de Nuestra firme orientación de habilitar permanentemente la reforma institucional global.

     Con la puesta en marcha de esta institución constitucional, abocada hacia el desarrollo, pretendemos reforzar el sistema de organizaciones consultivas nacionales, que han dado la prueba de su credibilidad y eficiencia, en el ámbito político y legal.
 Así pues, materializando Nuestra decisión de instalar este Consejo, en el plazo más breve posible, invitamos al Gobierno a acelerar la preparación de un proyecto de ley organizativo a este respecto, entregándolo al Parlamento, antes de finalizar el presente período de sesiones.

Respetables Señoras y Señores parlamentarios,

     Nuestro empeño de afianzar el Estado de derecho y moralizar la vida pública, refleja un procedimiento integrado, que no se limita a simples manifestaciones administrativas o políticas, o a operaciones electorales, sino que se extiende para abarcar el ámbito vital de las operaciones económicas, que deben ser sanas y transparentes.
Por otra parte, la buena gobernanza no se puede reducir al ámbito legal o solamente al político, sino que ha de abarcar también el dominio económico.

     Así pues, sobre esta base, consideramos la moralización general como uno de los elementos que se exigen para consolidar el Estado de derecho en el mundo de los negocios. Esto requiere reforzar los mecanismos necesarios para garantizar la competitividad abierta, preservar la libertad de mercado contra cualquier género de monopolio impuesto y contra la economía de ganancia, así como la prevención contra las prácticas nocivas que deben ser reprimidas.

     En este contexto se enmarca Nuestro empeño de poner en marcha el Consejo de la Competencia y el Órgano Central de la Protección contra la Corrupción, así como disponer una serie de legislaciones y de instrumentos a fin de proteger la libre iniciativa y garantizar la competencia leal.
Instamos a los distintos órganos a ejercer completamente sus competencias, con la firmeza y el valor necesarios, y con el celo por el interés general, esperando que las mismas constituyan una autoridad moral y una fuerza de proposición, cuyas competencias han de contribuir de manera decidida en el esfuerzo nacional de lucha contra todo género de corrupción y demás prácticas ilegales y contrarias a los valores morales.

     Así pues, somos conscientes de que la corrupción, que no debe ser una fatalidad, es un problema del que ninguna sociedad se salva. Así pues, ya es hora de hacer frente a los nefastos perjuicios por ella generados y que entorpecen el desarrollo y contradicen la ley, la ciudadanía y las enseñanzas religiosas.
Por tal razón, todo el mundo; individuos, grupos, autoridades y organizaciones, ha de combatirla con decisiva voluntad e intransigencia en la aplicación de la ley, tanto en lo que se refiere al control, a la responsabilización, como a la represión.

Respetables Señoras y Señores parlamentarios,

     Nuestro país se halla enfrentado a retos internos, que constantemente obramos por levantar, mediante reformas profundas y obras de desarrollo, a escala nacional y local. Todo esto os interpela para que os incorporéis con ímpetu al esfuerzo nacional de reforma, a través de legislaciones avanzadas, de un control eficiente y de un encuadramiento eficaz de los electores, llevado a cabo sobre el terreno.

     Nuestro país se enfrenta también a desafíos exteriores, a escala regional, en el espacio magrebí y en la zona del Sahel; así como a escala internacional. Estos desafíos comportan enormes peligros securitarios y dificultades inherentes al desarrollo y a la globalización.
Hacer frente a esta situación requiere necesariamente proseguir nuestro estratégico proceso, forjado sobre la movilización nacional, la integración regional y la apertura positiva sobre las oportunidades de desarrollo que ofrecen las mutaciones internacionales.
Por lo tanto, no os debéis contentar con el interés por las cuestiones internas, ni enclaustraros en las preocupaciones electorales, a pesar de su importancia.

     De ahí que el deber nacional os pide, ahora más que nunca, redoblar los esfuerzos, a fin de consolidar la presencia de Marruecos en los distintos foros regionales e internacionales, donde la voz de los parlamentos es escuchada, marcándoos como objetivo supremo, la contribución en la defensa de las distintas cuestiones capitales de la Nación, y sobre todo, recabar un mayor apoyo a la cuestión del nuestra integridad territorial, que constituye la prioridad absoluta.
En el desarrollo democrático que ha conocido nuestro país, tenéis un capital que debéis aprovechar de manera útil, a través de una diplomacia parlamentaria eficiente y concertada con el gobierno.

Respetables Señoras y Señores parlamentarios,

     Estamos empeñados en activar, de la mejor manera, el papel de las instituciones, a través de su enérgica contribución en la puesta en marcha de las grandes opciones nacionales, así como adoptar la democracia participativa que tenemos asumida, con todo cuanto comporta como desarrollo profundo y espíritu ciudadano.

     Así pues, con la ayuda de Dios, seguiré velando por la buena marcha de Marruecos por este camino recto, para que podamos realizar un mayor progreso, en el seno de la unidad, de la estabilidad, del desarrollo y de la prosperidad. La vía que para ello hemos emprendido, consiste en el estímulo de las iniciativas productivas y en disponer las condiciones del desarrollo fuerte, a un ritmo acentuado. Nuestro objetivo, no es otro sino habilitar nuestras instituciones adoptando la buena gobernanza; nuestra economía a través de su productividad; y nuestra sociedad mediante su solidaridad,    para así instaurar los motivos de la ciudadanía completa y de la vida digna, a favor de Nuestro fiel pueblo, especialmente para sus sectores desfavorecidos.

     El momento actual, por sus prometedoras ambiciones y por sus dificultades objetivas, se puede considerar como una ocasión apropiada y de importancia capital, para que la edificación del Marruecos del mañana, alcance su velocidad de crucero, en lo tocante a la reforma y el desarrollo, siempre y cuando las fuerzas vivas de la Nación procedan al mejor aprovechamiento de las oportunidades que se ofrecen.

     Todo el mundo ha de ponerse manos a la obra, de manera seria, para que nuestro país no pierda su cita con la historia. Todo  el mundo ha de asumir su responsabilidad y comportarse como bien exige la ciudadanía comprometida, a fin afrontar todos los desafíos, tanto internos como externos, y poder avanzar. Ello será posible únicamente movilizando todas las energías y poniendo en marcha eficazmente las instituciones.

 ¡Que Dios nos asista!

 El saludo, la bendición de Dios el Altísimo, y sus gracias, sean con vosotros".